Esta colorida flor es uno de los íconos más representativos de la celebración del Día de Muertos.
Estamos a unos días de una de las celebraciones más representativas de nuestro país, el Día de Muertos, donde la flor de cempasúchil es un elemento indispensable para adornar los altares dedicados a los fieles difuntos.
El cempasúchil es una flor prehispánica y fundamental en nuestras celebraciones de «Día de Muertos»
El nombre de esta colorida flor viene del náhuatl Cempohualxochitl, donde cempohuali significa veinte y xochitl flores, lo que se traduce como “veinte flores” o “varias flores”. También es conocida como flor del muerto, cempoal, flor de difunto, flor de niño o veinte flores.
La cempasúchil es originaria de México, desde la época prehispánica los mexicas la utilizaban para decorar los altares, ofrendas y entierros en honor a sus muertos porque era considerada como un símbolo de vida y muerte; asimismo para empolvar la cara de los prisioneros antes de su sacrificio para que no sintieran la muerte.
En la celebración del Día de los Muertos las flores de cempasúchil se utilizan tanto para decorar como para hacer un sendero con ellas que va de la puerta principal hasta el altar, con la finalidad de guiar a las almas en su camino a la luz. Según las creencias, los pétalos de la flor guardan el calor del sol e iluminan el camino de regreso de las almas de los difuntos.
La flor de cempasúchil florece después de la época de lluvias, esto es de julio a noviembre y es cultivada en 14 estados de la república, entre los que encuentran Puebla, Ciudad de México, Guanajuato, Tlaxcala e Hidalgo.
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