Entre la esperanza y el desgaste: cómo el campo puede sostener a México ante el crecimiento poblacional, el cambio climático y la pérdida de suelo fértil.

Dicen que del suelo venimos y al suelo volvemos… Pero ¿qué pasa cuando ese suelo ya no da? Hoy, más que nunca, la tierra que cultivamos debe rendir más, con menos. Si usted es productor, esta nota es para usted: descubra qué está pasando con nuestro suelo, por qué es tan importante protegerlo y qué medidas podemos tomar desde el campo… antes de que sea tarde.
🌱 1. La raíz del problema: ¿Por qué importa tanto el suelo?
El 95% de los alimentos que llegan a nuestra mesa provienen, directa o indirectamente, del suelo. Pero este recurso, vital para nuestra sobrevivencia, se encuentra hoy amenazado: el cambio climático, el desgaste por uso intensivo, la expansión de las ciudades y la falta de políticas de restauración lo están dejando exhausto.
El suelo no es solo tierra: es vida. Alberga nutrientes, agua, microorganismos y estructura física clave para que nuestras plantas crezcan. Y lo más grave: no es renovable. Lo que se pierde hoy, no lo recuperamos mañana.
🌾 2. La tormenta que se avecina: población, consumo y presión sobre el campo
Hoy en día somos más de 130 millones de mexicanos. Para el 2050, seremos muchos más, y con ello, la demanda de alimentos crecerá casi al doble. Pero aquí está el detalle: no tenemos más tierra disponible para sembrar, y la que hay, en muchas regiones, ya está deteriorada.
Esto significa que si no hacemos algo ahora, no sólo dependeremos cada vez más de las importaciones, sino que corremos el riesgo de no poder alimentar a nuestra propia gente. Y como usted bien sabe: la seguridad alimentaria es seguridad nacional.
🚜 3. ¿Qué nos pasó? Del campo fuerte al campo dependiente
México fue, alguna vez, autosuficiente. En los años del modelo de sustitución de importaciones (1950-1980), producíamos lo que necesitábamos. Hoy, importamos más de lo que sembramos, especialmente granos básicos. ¿La razón? No se amplió la frontera agrícola, no se protegieron los suelos, y el rendimiento por hectárea cayó en muchas zonas.
No se trata sólo de sembrar más, sino de producir mejor. Y eso empieza con suelo sano y tecnología al alcance del productor.
🌾 4. Restaurar para rendir: claves para un campo fértil y productivo
Usted, que vive del campo, sabe bien cuándo una tierra ya no da. Pero hay esperanza. Aquí algunas claves prácticas para cuidar y mejorar el suelo:
- Rotación de cultivos: Alternar siembras mantiene el equilibrio de nutrientes y reduce plagas.
- Abonos orgánicos y compostas: Reviven la vida del suelo sin dañarlo a largo plazo.
- Tecnologías sustentables: Desde sensores de humedad hasta fertilización de precisión, hay herramientas que ayudan a usar menos y rendir más.
- Coberturas vegetales: Evitan erosión y mejoran la estructura del suelo.
- Capacitación continua: La información es poder, y el productor informado tiene más herramientas para enfrentar el futuro.
🌎 5. El suelo como patrimonio nacional: el productor como guardián
El suelo no es sólo suyo: es de todos. Es un patrimonio que garantiza que sus hijos y nietos también puedan sembrar y vivir del campo. Si logramos restaurarlo, protegerlo y aprovecharlo con inteligencia, México puede volver a ser fuerte en lo que nunca debió debilitarse: su campo.
Cada acción en su parcela suma. Porque lo que se cultiva bien, se cosecha mejor. Y el futuro del país empieza donde empieza la raíz: en el suelo.
El productor mexicano ha demostrado, generación tras generación, que tiene la fuerza, el ingenio y el corazón para enfrentar los retos del campo. Hoy, el desafío no es menor: alimentar a millones sin destruir la tierra que nos da de comer. La respuesta está en nuestras manos… y en nuestro suelo.

¿Le interesó este tema? ¡Comparta esta nota con otros productores! Entre todos, podemos sembrar el cambio. 🌾
NOTA: INEGI